En el largo periodo hasta 1930 apenas tuvieron lugar obras de albañilería en el Museo, salvo montajes o desmontajes y reparaciones, como las continuas llevadas a cabo en las cubiertas de vidrio de los dos patios.
Las murallas más antiguas existentes y las más conocidas suelen ser obras de albañilería con piedra, cemento o ladrillo, aunque existen variantes hechas en madera.
La obra se adjudica en 1899 a la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, empresa ovetense que se encarga de la parte metálica, y las obras de albañilería a Félix Forero, constructor talaverano.
Por su parte, la carpintería metálica se fue montando, contrariamente a la práctica habitual, sin juntas de dilatación y apenas terminados los trabajos de albañilería, a la que siguieron los trabajos de decoración por artistas seleccionados por cada equipo de arquitectos.
Sus motivos se abrieron camino en la albañilería, en particular las iglesias votivas que no necesitaban albergar congregaciones importantes. Desde 1620, hay huellas de una carta del arquitecto inglés Íñigo Jones, probablemente contratado por la compañía, que recomendaba construir una obra en albañilería, según un plano en forma de estrella tradicionalmente utilizado en aquella época. El edificio está construido de albañilería, con estructura de acero y revestimiento metálico.
Las obras de albañilería correrán por cuenta de Joan Navarro, realizándose además la decoración de los artesonados de los dos estudios, excelente labor de talla dirigida por el carpintero oriolano Genís Llinares.!
Además del trabajo de albañilería, se realiza una importantísima obra de cantería a cargo de Pere Compte y Joan Yvarra, quienes en la misma fecha habían contratado la obra de la Lonja.!
Abierto en 1897, el edificio del Museo Brooklyn es una estructura de marco de acero recubierto de albañilería clásica, diseñado por la famosa empresa arquitectónica de McKim, Mead, and White y construido por la Empresa de Construcción Carlin.!